Tras el sonado divorcio de su esposa, la princesa Alexandra, Joaquín de Dinamarca ha vuelto a ser noticia por otro escándalo. El segundo pretendiente al trono danés protagonizó una loca carrera a 170 kilómetros por hora por una carretera muy transitada, el 13 de noviembre de 2004.

Junto al benjamín de la Reina Margarita viajaban sus dos hijos (Nicolai, de 5 años, y Félix, de 2, tercer y cuarto sucesores a la Corona) en el asiento trasero, y a su lado, una espectacular rubia, que aseguran es sueca. Aunque Joaquín goza de inmunidad anta le Ley como los demás miembros de la casa de la Reina, no tuvo más remedio que acudir a una cita con la Policía y hacerse las pruebas de alcoholemia, tras ser denunciado.

Tan loca fue su carrera -que terminó en el Palacio Real de Amalienborg-, que ni se dio cuenta de que un fotógrafo de la agencia Eyes le seguía, a la vez que rodaba un vídeo. El reportero, «todavía sufriendo escalofríos por la fatal carrera», denunció al hijo de la Reina, que tuvo que responder de sus actos ante las autoridades. Según explicó más tarde el fotógrafo, el príncipe Joaquín nunca bajó de los 140 km. por hora y, sin respetar las señales de tráfico, puso varias veces en peligro su vida y la de sus hijos: «Fueron legión los conductores que tuvieron que frenar bruscamente o realizar maniobras peligrosísimas por un suelo húmedo y algo helado con objeto de no chocar con ese coche suicida».