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Una de la las pocas cosas en la que están de acuerdo los neurobiólogos es en que las próximas terapias que intenten regenerar la médula incorporarán varias estrategias a la vez. Por ejemplo, trasplantes y factores de crecimiento junto con disparadores químicos para activar los genes promotores del crecimiento.

Las combinaciones se harán a partir de lso resultados que obtengan las seis grandes vías de investigación que están abiertas actualmente. La mayoría tienen dos puntos en común. Primero, tratan de sacar partido a aquellas partes del sistema nervioso que tienen mas plasticidad que el SNC adulto. Segundo, los investigadores coinciden en que el SNC neceista ayuda para regenerarse.

Activar el crecimiento

Un grupo de científicos del Massachussetts General Hospital, en Boston, EEUU, ha demostrado que ciertas fibras en un SNC adulto pueden activarse simplemente seccionando la parte de la célula que se proyecta hacia el sistema nervioso periférico. De esta forma, pasan de un estado de mínimo crecimiento a otra modalidad mucho mas vigorosa. Según explica Clifford Wolf, uno de los investigadores, esta sección puede activar ciertos genes que estimulen el crecimiento. La clave es encontrar esos interruptores genéticos.

Reier ayuda a las células de una manera diferente. En estudios realizados con ratos y gatos, el científico implantó un tejido procedente de un SNC fetal en la méudla espinal lesionada de un animal adulto. Este tejido contenía neuronas y glía (células que rodean a los cuerpos celulares y tejidos nerviosos). Los tejidos nerviosos adultos se regeneraron y las células trasplantadas se integraron bien en el tejido medular que los rodeaba.

No obstante, a pesar de que Reier está seguro de que los experimentos con tejido fetal han mejorado la compresión del desarrollo del SNC, ponen en duda que puedan emplearse alguna vez con fines terapéuticos de forma generalizada. Los problemas no són solo éticos. Además de esta cuestion, es dificil obtener tejido fetal en su punto idóneo de desarrollo. Sin embargo, ya se encuentran realizando las primeras pruebas de unta terapia experimental conrta cierto tipo de lesión medular.

En ocasiones, se forma un quiste lleno de fluido  en el punto en el que la médula espinal ha resultado lesionada que tiende a extenderse y a crear una lesión mayor (Siringomielia Post traumática Progresiva). Durante los últimos dos años, el equipo de Reier ha trasplantado tejido nervioso fetal de SNC a la médula de siete personas con esta patología. El propósito de Reier era implantar un puente en la lesión para poder retransmitir los impulsos en la médula espilar. Todavía nos se han hecho públicas sus conclusiones, "pero en algunos de estos individuos si hemos visto cambiso que muestran un grado de mejoría" dice Reier. Aún no está claro si la mejoría es consecuencia de los implantes o de otras causas.

En la universidad de Massachssetts en Wrodcester (EEUU) Charles Vacanti trabaja sobre el mismo fundamento pero con una técnica distinta. En un experimento, Vacati -que se hizo famoso por diseñar un cartílago en forma de oreja humana e injertarlo sobre el lomo de un ratón- creó una estructura de rejilla con polímeros y la sembró con un cultivo de células nerviosas inmaduras. Esta rejilla la implantó en la medula espinal de ratas paralizadas y, segúna afirma, alguans han logrado recuperar movimientos que se aproximan a la normalidad. Otros científicos se reservan emitir un juicio hasta que no conozcan mas detalles de su trabajo.

Celulas de la piel

Un equipo encabezado por Fred Gage, del Instituto Salk para las Ciencias Biotecnológicas en San Diego (EEUU) utiliza un camino distinto. Cage y sus colegas están intentando que las neuronas dañadas crezcan mas rápidamente y lleguen más lejos. Para ello, trasplantan unas células de la piel llamadas fibroblastos hasta el lugar de la lesion.

Estos fibroblastos se han modificado genéticamente para que expresen unas factores de creciemiento -como la neurotrofina-3 (NT3) y el factor neutrotrófico derivado del derebro (BDNF)- que parecen activar el desarrollo nuevos tejidos y contribuyen a estimular la producción de mielina, un recubrimiento graso que envuelve los axones y previene que los impulsos se cortocircuiten.

Los factores del SNC

Martin Schwab, en la Universidad de Zúrich, Suiza, posee una visión diferente. A mediados de lso ocheta, el científico fue el primero en sugerir que el problema de la regeneración se debía a ciertos factores segregados por el SNC que mantenían a las neuronas a raya.

El equipo de Schawab continuó investigando para encontrar y porificar a los culpables, un grupo de proteinas denominadas Factores Inhibidores de la Neurita (como el NI-250, que segrega mielina) El NI-250, que enlaza con la superfície de los tejidos neuronales en crecimiento de modo similar tanto en ratas como en sere humanos. Cuando uno de estos factores aparece, inicia una cadena de reacciones que, en última instancia detienen la producción de actina, un componente esencial del esqueleto celular. El esqueleto se colapsa, por lo que se detiene cualqueir crecimiento posterior.

Schwab pensó que si fuera posible retener las proteinas inhibidoras, los tejidos neuronales podrían regenerarse con mayor facilidad. Por lo menos, en lo que respecta a los animales, esta sospecha parece acertada.

A unas ratas con una sección en su tramo corticoespinal -la mayor y mejor definida vía de fibras nerviosas que conectan el cortex con la maquinaria motriz de la médula espinal- , les administró un anticuerpo que bloquea el NI-250, Doce semanas después, una proporción de las fibras seccionadas había crecido "varios centímetros de nuevo", dice Schwab.

Mas importante todavía, los animales recuperan funciones que habían perdido a causa de la lesión. "su capacidad para caminar mejoró tremendamente", dice.

Actualmente, sus investigaciones van encaminadas a probar el anticuerpo con monos. "si no sufrimos un contratiempo, nos encontraremos un un nivel de ensayo clínico en un futuro no muy lejano", dice. Sin embargo, el salto de ratas a monos y en ultima instancia a seres humanos no es alto tan sencillo, como Schwab deja claro. Con todo, y a pesar de que el científico reconoce una larga lista de complicaciones potencialess, está más dispuesto que el resto a hablar sobre el tratamiento de lesiones de la médula espinal en un futuro cercano.

"La mayoría de la gente piensa que nuestra técnica es la que más se aproxima a una terapia clínica" dice. Sus homólogs reconocen la importancia de su trabajo, aunque Schwab admite sin objeción que aún les queda un largo camino.

La cicatrización

Jerry Silver, un neurobiólog de la Case Western Reserve Univeristy de Ohio (EEUU), da otra explicación a la hostilidad del entorno que rodea a la neurona en fase de regeneración: la cicatrización, que bloquea el camino a las nuevas fibras.

Un tipo de célula glial, los astrocitos, convergen sobre la zona lesionada y liberar unas sustancias denominadas proteoglicanos, los cuales, según Silver, son cruciales a la hora de parar en seco al tejido nervioso. Según Silver, en el caso de los ratones los microtrasplantes de neuronas adultas pueden desarrollarse a través del viejo tejido cicatrizado si se les asiste mediante el cuidadoso empleo de una aguja microscópica que solo provoca daños mínimos. Los tejidos crecen varios centímetros y forman nuevas conexiones. "Esto supone una evidencia tangible de que la cicatrización glial es la raiz del problema" dice.

Reconstruir la vías

El grupo de Raisman de Londres y el Mary Bunge del Miami Project tienen otro enfoque: es mas importante recontruir las vias dañadas pro la lesión que ayudar a que las neuronas se desarrollen.

Raisman ha estudiado atentamente la estructura que se crea cuando el tramo corticoespinal resulta lesionado y ha descubierto una estructura altamente compleja, "una comunidad totalmente interactiva", dice.

Con esta base, y después de un experimento fallido, dirigió su atención a otra población de células gliales de las ratas, las que conectan las terminaciones del recubrimiento nasal con el cerebro y crean constantemente nuevas conexiones entre si y el SNC.  Cuando trasplantó estas células a una pequeña zona lesionada en el tramo corticoespinal de una rata, se creó un puente perfecto.

Los tejidos seccionados crecieron a lo largo de las vías que se habían creado hacia la zona lesionada, atravesando hasta el otro lado y formando nuevas conexiones. Los animales tratados con estos trasplantes recuperaron movimientos que antes habían perdido.

El equipo de Miami obtuvo resultados similares con leisoines de mayor magnitud: lograron estimular la regeneración cuando añadieron simultáneamente unos factores de crecimiento.

Ambos equipos esperan poder probar algún día esta técnica con seres humanso. De momento, sus laboratorios y algunos otros ya han identificado las células humanas equivalentes, a pesar de que nadie  sepa con certeza si funcionará como en las ratas.

Sin embargo, existe un problema: en el caso de una típica lesion medular en un ser humano, la cantidad de tejido requerido para una trasplante sería mucho mayor que en el caso de un experimento de laboratorio. Por esta razón, tanto él como los demás tienen un gran interés de usar células madre. Estas células pueden ser entrenadas para convertirse en cualquier tipo de células del SNC, en un cultivo con las condiciones adecuadas. Sin embargo, como insiste risman, "Esto no es inminente"

Objetivos

Para un futuro inmedianto, sin embargo, una alternativa con un nivel tecnológico mas modesto está creando una cierta expectación. Varios equipos, inclueso los del Miami Project, están trabajando en la idea de una terápia física intensiva para reformar y afirmar las conexiones reción formadas en el SNC en perosnas con lesiones medulares.

Su obtimismo se base en el hallazgo de unos pocos investigadores clínicos, algunso de cuyos pacientes han realizado movimientos involuntarios, a persar de que no pueden  sentir ni controlar sus movimientos. Mediante un ejercicio intensivo, recuperaron parcialmente la sensibilidad, como si se hubieran creado nuevas conexiones entre las piernas y el cerebro. "Pienso que resulta muy prometedor" dice Kleitman.

Sin embargo, igual que otros investigadores, Kleitman insiste en que hay algo mas que alcanzar el espectacular objetivo de volver a caminar. Para algunos pacientes la meta puede ser recuperar el control de la vejiga urinaria. en última instancia, el éxito significa individuos con mejor vida, algo que, después de todo, posiblemente no pueda medirse solo por el número de sillas de ruedas tiradas a la basura.