En este primer mensaje que os hacemos llegar, en 2016, queríamos destacar la importancia que para Aesleme, y para cualquier sociedad avanzada, tiene la educación vial y en valores de formas continua y en la edad escolar. Dado que la educación vial se retiró de la última Ley de Educación (LOMCE), pero que, sin embargo, se incluyó en el Reglamento como una materia transversal en algunos cursos, y que por tanto, dependerá del centro escolar, de su implicación y de los profesores -formación y motivación-, consideramos que la labor de Aesleme, así como la de la policía local, se torna fundamental. En nuestro caso, no solo mostramos a los estudiantes los riesgos inherentes a la edad y tipo de movilidad que tienen, sino que estos los asociamos a las consecuencias, a través de un testimonio de alguien que ha sufrido, en primera persona, una lesión irreversible.

Precisamente, por la importancia de nuestra labor y porque los resultados a largo plazo nos avalan –tras 25 años, hemos llegado, de manera directa, a 4 millones de personas y hemos comprobado, con satisfacción, que los jóvenes pertenecen a la franja de edad cuya cifra de víctimas más ha disminuido-, nos gustaría pedir que la seguridad vial sea una prioridad política, así como concienciar a las empresas de que apostar por la seguridad vial de sus trabajadores y de sus familias, supone un beneficio directo en sus cuentas de resultados, pero sobre todo, supone cuidar con mimo su vida personal, pues apuesta por evitar el drama que desencadena sufrir un accidente de tráfico grave.

Queremos recordar, además, que entrar en el entorno escolar es difícil, y una vez logrado, más difícil es tener que decir “no” por un exceso de demanda, como resultado del descenso de ingresos que hemos tenido.

Otro año estancados

Con respecto a los datos de siniestralidad de los últimos años, debemos destacar nuestra preocupación por el estancamiento en el descenso de víctimas. Coincidimos en el análisis de las principales instituciones, que apuntan a la protección de los más vulnerables: el peatón tecnológico y los ciclistas nos preocupan especialmente, pues en el primer caso hablamos de “personas de todas las edades” que cruzan sin mirar por estar usando dispositivos tecnológicos y en el segundo de la incorporación masiva de los ciclistas a las grandes ciudades, sin carriles segregados, sin ninguna formación previa del Reglamento General de Circulación (RGC), y por si esto fuera poco, el uso del casco no es obligatorio. En cuanto a las carreteras secundarias, creemos que los nuevos radares de tramo pueden ayudar a reducir esta sangría de más del 80% de fallecidos en este tipo de vía, aunque vemos imprescindible un mayor mantenimiento de las mismas y la construcción de carreteras 2+1.

Por último, esperamos que el nuevo Gobierno, mantenga la seguridad vial como una prioridad política, ya que son demasiadas las personas que fallecen o quedan discapacitadas cada año en España y mucho el sufrimiento de sus familias, también confiamos en que la “Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible” pueda seguir desarrollando su importante papel en el Congreso, y que se apruebe cuanto antes el nuevo RGC.