El cirujano Douglas H.Smith y sus colaboradores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania, trabajan en una insólita alternativa terapéutica para pacientes que han sufrido un daño en la médula espinal: estiran algunos nervios a modo de puente sobre el espacio vacío que deja la herida.
Aunque todavía no hay evidencias de que el método - que el especialista describe como sorprendentemente simple- funcione en humanos, aún así parece ser prometedor.
La técnica obliga a las células nerviosas humanas a crecer y establecer conexiones mutuas dentro de dos láminas de plástico superpuestas a la manera de un sandwich. Smith separa paulatinamente las planchas; a medida que esto sucede, las conexiones de las células (llamadas axones) comienzan a estirarse. Cuanto más las separa, más crecen (a lo largo) estos axones.
En diez días, el doctor Smith es capaz de crear extensos axones de algo más de un centímetro que planea implantar en médulas espinales dañadas, para llenar el vacío dejado por el daño y restableciendo la comunicación en el interior de ese órgano.
Hasta ahora ninguna otra técnica destinada a inducir el crecimiento de los axones los ha producido del tamaño de los del doctor Smith.