Carlos Muñoz Repiso
Ex director general de Tráfico
Mi primer sentimiento esta noche es de consternación por no poder asistir personalmente a la celebración de los veinticinco años de buena labor de AESLEME, me hubiera encantado estar una vez más en el ambiente de colaboración y trabajo por la seguridad vial que genera Mar Cogollos y su eficaz equipo.
Conocí a Mar en 1996, cuando entró en mi despacho en su silla rodante para presentarme AESLEME y ofrecer su colaboración para la mejora de la seguridad de la circulación. Descubrí la fuerza vitalista de una mujer que quería aportar algo a la sociedad en la que vive y desde ese momento trabajamos juntos en infinidad de proyectos, siempre buscando la mayor seguridad de los usuarios de las vías públicas a través de una concienciación de los peligros y de la forma de evitarlos.
La seguridad absoluta en nuestras calles y carreteras no se ha conseguido aún, pero mejora año a año notablemente y es lícito pensar que se puede llegar a la cifra cero para los accidentes y sus consecuencias. De la evolución de las cifras de siniestralidad podemos estar orgullosos todos: la Administración a través de sus medidas normativas y la vigilancia; los constructores de automóviles, que se afanan en incorporar cada vez más elementos que minoren las consecuencias de los errores humanos; quienes diseñan y mantienen las carreteras, que priorizan la seguridad de las mismas sobre otros elementos. Pero la sociedad civil, los que como AESLEME trabajan por la mentalización de usuarios y conductores de las vías aportan algo imprescindible para el logro de esa alcanzable seguridad total.
Por eso debemos estar agradecidos y congratularnos de que AESLEME haya estado veinticinco años empeñada en esa tarea, a la vez que hacemos votos para que continúe sin desaliento en ella. Su aportación es fundamental.