Miguel Mª Muñoz Medina
Ex director general de Tráfico
Lamento infinitamente no poder estar con vosotros, tenía que ser algo absolutamente imposible de cancelar para que no estuviera hoy al lado de todos los que conformáis esa institución modélica que es AESLEME.
En 1990 se alcanzó la cifra más alta de fallecidos en accidente de tráfico, el año en que se constituyó AESLEME, y ahora que la cifra actual está lejísimos de aquellos nueve mil y pico, pienso que no puede ser una casualidad, con todo lo que he vivido y visto en mi casi medio siglo de dedicación a la seguridad vial, me resulta muy difícil creer en las casualidades. Y es que el inicio de la asociación empezó a marcar una pauta de la implicación de la sociedad civil, que es la auténtica clave de mejora de la seguridad vial junto a las instituciones públicas que tienen el papel irrenunciable de liderar la lucha.
Lo cierto es que la obra que puso en marcha mi querido Juan García Reneses y que hoy preside mí también querido amigo Nicolás Pérez Serrano ha sido posible gracias al valor, la energía, el espíritu de servicio y también --desafortunadamente-- el estrés de Mar.
Creo honestamente que AESLEME no habría podido llegar a donde está -es decir, a ser el máximo referente de la lucha contra los accidentes de tráfico desde la sociedad civil-, sin el trabajo entusiasta de las casi 200 personas que hoy componen la asociación.
Hay una tradición no escrita en la mayoría de las órdenes cuyas distinciones se exteriorizan en condecoraciones, en el sentido de quienes poseen la máxima distinción de dicha orden pueden proponer candidatos a ella. Por ello, yo hoy, haciendo uso de ese privilegio, pido de forma expresa a la Directora general de Tráfico y al Ministro del Interior que otorgue a AESLEME la medalla de oro a la Seguridad via. Es de justicia.