En nombre de todo el equipo de la Asociación Española de la Carretera, que me honro en dirigir, no puedo por menos que trasladar a AESLEME nuestra felicitación por estas tres décadas de trabajo intenso, riguroso y ejemplar. Una labor que, no me cabe ninguna duda, ha jugado un papel decisivo en la reducción más que notable de los accidentes de tráfico con desenlace fatal que ha vivido España en este tiempo. Hace 30 años, nuestro país registraba cifras de accidentalidad y mortalidad en carretera inadmisibles para la sociedad actual. En 1990 el imprudente campaba a sus anchas amparado por el silencio cómplice de la mayoría de los ciudadanos. Asociaciones como AESLEME han ayudado a que este tipo de conductas sean prácticamente testimoniales hoy en día. Concienciar, formar y educar son sus máximas, sobre las que han articulado lo que yo calificaría como "una gran lucha". Por todo ello, mi felicitación sincera y efusiva a AESLEME, que quiero personalizar en su Directora, Mar Cogollos, alma de la entidad, cuyo arrollador empuje ha hecho mella en nuestra labor profesional y, sobre todo, en nuestros corazones.